martes, 29 de septiembre de 2009

63 EDICIÓN DE LA COLECTIVA SANT LLUC








El pasado 17 de septiembre, el Ateneu Caixa Laietana inauguró una nueva edición de la exposición colectiva Sant Lluc, con cerca de 90 obras escogidas por el jurado, de un total de 120 presentadas.




Organizada por la Associació Sant Lluc per l'Art, (ASLL) los orígenes de esta muestra se remontan al año 1946, cuando los hermanos Jordi y Jaume Arenas, y los también pintores Manuel Cuyás, Marc Zaragoza, crearon esta agrupación con la finalidad de permitir artistas mostrar su obra y honrar al patrón de las artes, San Lucas.

Como todos los años, se rinde homenaje a los artistas seleccionados en 25 ediciones, aunque las mismas no sean consecutivas, concediéndoles una pequeña paleta de plata. En este caso, solo ha correspondido al actual presidente, Antoni Luis. También merece especial atención, la sección In Memoriam, que recuerda a los artistas fallecidos durante el año: Rosa M. Font, Pepita Herrero, Antoni Monferrer, Josep Novellas y Leopold Valls.

Esta colectiva, de gran arraigo en el mundo cultural de la ciudad, cuenta en su acto de inauguración con una gran afluencia de público, principalmente artistas y familiares, con la presencia del alcalde de la ciudad, Joan A. Barón, y la presidencia de la entidad de crédito Caixa Laietana, que en este caso fue substituida por el vice-presidente Jordi Beltran. Joan Baptista Parés, más conocido como Parés de Mataró ha sido el artista invitado este año ha realizar el discurso en nombre de la entidad organizadora.

Este año, se caracteriza por el dominio del figurativo sobre la abstracción, una gran calidad en los temas y técnicas presentados, sin apenas muestras del llamado “arte emergente”. El jurado ha escogido noventa obras donde imaginación, concepto, presentación, expresión, trazos, cromatismos, ... o como rezan las reglas más estrictas del arte: armonía, cosmos, canon, genio y sublimidad son componentes que en mayor o menor grado forman parte de los trabajos presentados, sin olvidar la ironia, la crítica y el sarcasmo como elementos también temáticos para el arte, pues tal como dijo en su discurso Parés de Mataró "La libertat es la herramienta de trabajo de los artistas".

La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 19 de octubre.

martes, 22 de septiembre de 2009

EL DIBUJO -EL ARTE EN ESTADO PURO















El diccionario define como pasión: un sentimiento violento que perturba el ánimo. En absoluto hay violencia en la exposición que el pasado 4 de septiembre inauguró la temporada artística de la Associació Sant Lluc per l'Art, esta vez en la sala del Col·legi d'Aparelladors de Mataró – Plaça Xammar, 2

Passió pel dibuix título de la muestra presenta la inusitada fuerza creativa a cinco mujeres: LAIA ARNAU, VIOLETA CAMAÑO, ANA GARCÍA, CATHERINE LORTON y LAURA SÁNCHEZ. Tres de las cuales, curiosamente, han escogido para exponer obras relacionadas con el mundo vegetal. Resulta absolutamente embriagador contemplar los diferentes universos expuestos, teniendo sólo como nexo de unión el hecho de ser mujeres.

Catherine Lorton es la sofisticación de esta muestra. Elegante, exquisita, minuciosa y precisa. Su obra es sumamente atractiva, tanto por la dificultad técnica, como por el excelente desarrollo que ha sabido dar. Casi se podria calificar la obra presentada como “rococó”, por la complejidad que la misma ofrece. Pero en absoluto es recargada. Simplemente, tiene un toque de distinción poco habitual, dentro del relativismo imperante en el mundo del arte.

Laura Sánchez presenta un interesante contraste de obra: la base técnica – medida y equilibrada – y la artística, como resultado final del estudio realizado. Es una muy original presentación, que permite apreciar la dificultad del dibujo, de pasar a papel un objeto o una planta. Un admirable trabajo, el cual hay que valorar en gran medida, ante la abstracción, en muchos casos con una gran base técnica, pero desarrollo absolutamente anárquico, por el impacto visual, la utilización del color o la deformidad de formas, más que no el equilibrio y el detalle. Es de agradecer a Laura Sánchez esta presentación formativa e informativa.

Violeta Camaño sale del nexo del mundo vegetal de la exposición y se dedica al retrato, de mujeres de procedencia lejana, probablemente indígenas de Sudamérica, invitando al espectador a la introspección que implica un rostro o figura humana. Su técnica es más simple, más fotográfica, utilizando la sanguina como color único, lo que le permite aumentar cierta sensación de dramatismo en los retratos, presentando una obra con los aspectos reivindicativos de mujeres infravaloradas.

Laia Arnau presenta una obra llena de encanto, de magia, de mundos oníricos, de sueños y de deseos. Es un trabajo que bajo su agradable visión, exhibe particularidades psicológicas, más cercanas a la curiosidad del estudio de la mente, que no a casos específicos. También existe la particularidad en sus trabajos de recordarnos el entorno del siglo XVIII con la creación de la Enciclopedia. Algunos de sus trabajos parecen explicar características de las plantas, de forma ilustrativa y didáctica, no exenta de cierta originalidad.

Finalmente, Anna García es, quizás, la más academicista de todas. Sus naturalezas muertas, sencillas, de líneas marcadas, con trazo firme y simplicidad de expresión, contrastan con los dibujos de paisaje urbano, frío, distante, abundando multitud de lineas, y donde distancia y llanura van aparejados. Casi parecen planos de aparejador, pero en conjunto la obra muestra a una artista en busca de un desarrollo y estilo propios, alcanzando dignamente los retos que se le plantean.

En conjunto, contrastes muy definidos entre cinco mujeres dibujantes, lo cual permite al espectador profundizar en el significado, creatividad y percepción técnica del dibujo.
La exposición permanecerá abierta hasta el 4 de octubre de 2009.

martes, 15 de septiembre de 2009

EMÍLIA DE TORRES: VITALIDAD, SENSIBILIDAD Y POTENCIA EXPRESIVA












Des del pasado 9 de mayo al 28 de junio, el Museo de Mataró acogió en sus salas la antológica: Emília de Torres, la força amagada, en un merecido homenaje a esta artista, con más de noventa años a sus espaldas, y con la vitalidad y la creatividad intactas, a pesar de los achaques de la edad.

Retratos, auto-retratos, desnudos, paisajes, bodegones y dibujos mostraron al visitante buena parte de su trayectoria artística, permitiendo ver una clara evolución des de sus orígenes hasta la actualdiad.

A nivel de datos biográficos, De Torres ingresó en 1942 en la escuela superior de Bellas Artes de Sant Jordi, (Barcelona), licenciándose en 1947 y obteniendo el título de profesora dos años más tarde. Durante medio siglo fue diariamente al Reial Cercle Artístic de Barcelona, donde dibujaba a modelo, lo que le valió en su momento ser proclamada miembro de la Junta Directiva de esta entidad.

Tal como indica Raquel Medina, en el catálogo de la muestra, “su concepción del dibujo no se limita a los apuntes, sino que es enormemente amplia y mezcla un dominio magistral en diferentes técnicas como el lápiz, el carbón, tinta, ceras... Cultivó todas las temáticas en cuanto a pintura, pero siempre por encima de las limitaciones del concepto de género... La solidez de los volúmenes en las naturalezas muertas o en la estructura de los paisajes, la firmeza del toque del pincel y el audaz pero armonioso tratamiento del color, demuestran en Emília de Torres, una asimilación inteligente y muy personal de lección de impresionismo, post-impresionismo y fauvismo...”

De Torres es una mezcla de estilos y en cada uno de ellos sobresale “Cum Laude” por su atrevimiento, por su propia identidad, por su creatividad en cascada: del paisaje hace figuración y de la figuración paisaje.

En sus retratos, no tan solo se percibe la persona , sino que se puede entrever un particular análisis que la artista hace de la misma o modelo. Nos muestra peculiaridades con tonos y toques expresionistas sólo captados por su sensibilidad. No sólo es pincelada, sino de un cromatismo intenso y potente, lleno de diversidades aplicado en la naturaleza de la persona retratada.

Ella misma es un perfecto ejemplo de evolución personal como pictórica, incluso de modas y formas de vestir.

Sus desnudos son reales, sin buscar sublimidad ni el encanto de bellas formas femeninas. De Torres pinta a una mujer natural, sinuosa de formas y sensual. Retrata a la mujer, sea de campo o urbana, envolviéndola en aguas voluptuosas, mostrando el elemento acuático como creación y vida en una mujer.

Su paisajismo está lleno de encanto, y a la vez, de una extraña magia que la intensidad de cromatismos especialmente en los verdes – fauvismo – permite atraer poderosamente la atención. “La naturaleza imita el arte”, dijo una vez Oscar Wilde, y Emília de Torres se impregna de una entorne, transmitiendo a la tela, con virtuosismo innato y combinando el color, paisaje, espacio y perspectiva.

Sus bodegones son de una sencillez extrema, pero de luminosidad exquisita. Llenos de vida a pesar de ser “naturalezas muertas”. Son obras simples, sin complejos, experimentando a la vez colores y sensaciones visuales.

En el dibujo, firmeza y equilibrio, curiosidad por la experimentación con vista de artista, quedan reflejados en sus carboncillos, ceras, etc. Estudios llenos de vigor y de rigor, con habilidad en su mano y cierta dosis de ironía.

Verdaderamente fue una muestra única, sin límites para una artista cultivada, exquisita, vital, positiva, de gran sensibilidad y firmeza en sus convicciones artísticas, libre de corsés academicistas, pero con solida base de estudio, imaginación y profesionalidad.

viernes, 11 de septiembre de 2009

DIÁLOGO ENTRE LA IGLESIA Y EL ARTE

La noticia que a continuación publica Cuadros de una Exposición, poco o nada tiene que ver con la actividad cultural de la ciudad de Mataró, pero creo que por su interés y en muchos casos, por su sorpresa para el mundo artístico, merece toda consideración y difusión.


La Iglesia Católica, como muchas otras, es valedora del arte y conserva grandes tesoros que hoy constituyen patrimonio de la humanidad. Que Benedicto XVI decida mantener un diálogo con 480 artistas entre pintores, actores, escritores, directores de cine, etc. es sin duda una gran noticia para el mundo del humanismo, tan denostado en nuestros días.


Benedicto XVI invita al diálogo al mundo de las artes.
El 21 de noviembre próximo, en la Capilla Sixtina



CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 9 de septiembre de 2009 (
ZENIT.org).- Benedicto XVI se encontrará con músicos, pintores, actores, escritores y directores de cine y teatro de todo el mundo en la Capilla Sixtina el próximo 21 de noviembre.

Este encuentro, que ha sido presentado este miércoles en rueda de prensa en el Vaticano, pretende retomar el diálogo con el mundo del arte, diez años después de la Carta que le dedicó Juan Pablo II, el 4 de abril de 1999, y 45 años después del encuentro que mantuvo con los artistas Pablo VI, el 7 de mayo de 1964.

Según explicaron los organizadores del encuentro, dirigidos por el arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, han sido invitados 480 artistas de los cinco continentes.


Antes del encuentro, los invitados visitarán la Colección de Arte Moderno y Contemporáneo de los Museos Vaticanos, que se constituyó por voluntad de Pablo VI.

¿El fin del divorcio?

Se trata de un encuentro que busca "superar un divorcio" desde que el arte "renunció a la trascendencia" y la Iglesia "se pudo a la defensiva", según explica, en la edición de hoy del diario "L'Osservatore Romano", el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci.

"Quizás hoy se den las condiciones favorables para que la Iglesia pueda jugar con éxito el último as. En la disolución de los lenguajes y de los modelos, en la afasia expresiva que distingue a nuestro tiempo, la Iglesia debe hacerse mirada y escucha".

En efecto, recuerda monseñor Ravasi en otro artículo publicado en el diario vaticano con ocasión de este encuentro: "ya Pablo VI explicó que el gran desafío del artista es "robar los tesoros del cielo del espíritu y revestirlos de palabra, de colores, de formas, de accesibilidad".

El papa Montini "quería restablecer una alianza nueva entre la inspiración divina de la fe y la inspiración creadora del arte", alianza que se había roto hace siglos, afirma el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura.

"El arte abandonó el templo, relegó en una estantería polvorienta las grandes narraciones bíblicas, los símbolos, las figuras, las parábolas sagradas y se encaminó por las vías 'laicas' de la contemporaneidad".

"Abandonó la concepción según la cual la obra de arte encarna una visión trascendente del ser, dedicándose a experimentar con el lenguaje, a complejas investigaciones estilísticas, a elaboraciones autorrreferenciales y finalmente a simples provocaciones", añade monseñor Ravasi.

Se espera por tanto, afirman tanto el prelado como Paolucci, por parte del Papa Benedicto XVI, muy sensible a estas cuestiones, que relance "un diálogo con la esperanza de que resurja una alianza profunda".

"Todo lo que expresa la espiritualidad humana - estupor frente al milagro de la naturaleza, culto de los afectos, escucha y reflexión ante los interrogantes supremos de la vida, de la muerte, de lo absoluto y del más allá - todo esto puede ser argumento para un arte religioso", asegura Paolucci.


El director de los Museos Vaticanos afirma que "a principios de este siglo y de este milenio, la relación entre la Iglesia y el arte no ha perdido ni sentido ni actualidad".

"¿Qué formas de arte se producirán en el tercer milenio cristiano? No lo sabemos. Hoy sólo podemos reconocer y, en la medida de lo posible, honrar y valorar, los fragmentos de sabiduría y de belleza que un día podrán construir el nuevo orden estético", concluye Paolucci.

PUBLICADO EN EL NÚMERO ZS090910 ZENIT.ORG